Adoro la normalidad…si, no pongáis cara rara…es la verdad!
La gente normal es la que hace que los días se conviertan en sorpresas inesperadas, es decir…los momentos cotidianos, los problemas, las amarguras..etc y por supuesto esos pequeños destellos de felicidad cuando te cuentan que están enamorados o que han vuelto de un viaje maravilloso, da igual si fue al otro confín de la tierra o a Navalcarnero…cuando la gente normal como yo, hace algo fuera de la rutina se le ve en los ojos, en la sonrisa, en el entusiasmo por todo!!
Fíjate…tengo 40 años y todavía me emociona ir al cine, o a un concierto o salir a caminar como esta mañana y ver que la vida transcurre a tu alrededor, los olores mezclados en la escalera, las risas de los niños en las mañanas de los sábados….bueno esto no! Que coño!...que tengo yo un par de adorables pequeños arriba que no les da por otra cosa que ponerse los tacones de su madre y zapatearme la cabeza a las 8 de la mañana…El otro día, cuando yo aún remoloneaba entre las sábanas, estaban en la calle…el padre con una paciencia infinita intentaba colocar a los niños en sus asientos del coche…estos no dejaban de hablar, son como cotorras!! Bla, bla, bla…y risas…eso si, se ríen mucho y me hacen sonreír a mi. Bueno pues la niña, que no debe tener más de 4 años le decía a su padre…Papá? Y él contestaba…qué?...que te quiero, decía ella con su vocecita cantarina…y yo a ti, decía él…y otra vez: Papá?...qué?...que te quiero…y yo a ti…y así sucesivamente como en un disco rayado…os prometo que me hicieron llorar de la risa!
Esa es la normalidad, la de los padres con sus niños, la de la gente que me cruzo a cada momento, cada uno con su vida y sus pequeñas tragedias…viendo como la vida avanza, como los niños crecen irremediablemente, somos testigos silenciosos de tantas cosas….tantas….y estamos tan metidos en nuestros problemas, nuestros agobios, que olvidamos que a nuestro alrededor todo evoluciona, todo florece, todo cambia….en el mismo instante que nace un nuevo ser, otro desaparece, se crea una canción que quizá forme parte de la vida de alguien para siempre, se rompen corazones y se llenan otros nuevos…
Seguramente penséis que tengo una visión demasiado romántica de la vida, pero es que para mi es un privilegio vivirla, con todo,todo, todo…y no es una pose, os lo aseguro, los que me conocéis sabéis que es mi forma de vivirla, una aventura cada día, la posibilidad de que al final de mi vida…mi corazón esté lleno de estos momentos para recordar.
Mientras escribo esto pasan por mi memoria miles de caras, unas que me alegran y otras que me duelen, millones de pequeños gestos, miradas robadas en cualquier esquina, sonrisas regaladas al viento porque me asalta un recuerdo feliz de hace tiempo… La gente normal es la que hace que los días se conviertan en sorpresas inesperadas, es decir…los momentos cotidianos, los problemas, las amarguras..etc y por supuesto esos pequeños destellos de felicidad cuando te cuentan que están enamorados o que han vuelto de un viaje maravilloso, da igual si fue al otro confín de la tierra o a Navalcarnero…cuando la gente normal como yo, hace algo fuera de la rutina se le ve en los ojos, en la sonrisa, en el entusiasmo por todo!!
Fíjate…tengo 40 años y todavía me emociona ir al cine, o a un concierto o salir a caminar como esta mañana y ver que la vida transcurre a tu alrededor, los olores mezclados en la escalera, las risas de los niños en las mañanas de los sábados….bueno esto no! Que coño!...que tengo yo un par de adorables pequeños arriba que no les da por otra cosa que ponerse los tacones de su madre y zapatearme la cabeza a las 8 de la mañana…El otro día, cuando yo aún remoloneaba entre las sábanas, estaban en la calle…el padre con una paciencia infinita intentaba colocar a los niños en sus asientos del coche…estos no dejaban de hablar, son como cotorras!! Bla, bla, bla…y risas…eso si, se ríen mucho y me hacen sonreír a mi. Bueno pues la niña, que no debe tener más de 4 años le decía a su padre…Papá? Y él contestaba…qué?...que te quiero, decía ella con su vocecita cantarina…y yo a ti, decía él…y otra vez: Papá?...qué?...que te quiero…y yo a ti…y así sucesivamente como en un disco rayado…os prometo que me hicieron llorar de la risa!
Esa es la normalidad, la de los padres con sus niños, la de la gente que me cruzo a cada momento, cada uno con su vida y sus pequeñas tragedias…viendo como la vida avanza, como los niños crecen irremediablemente, somos testigos silenciosos de tantas cosas….tantas….y estamos tan metidos en nuestros problemas, nuestros agobios, que olvidamos que a nuestro alrededor todo evoluciona, todo florece, todo cambia….en el mismo instante que nace un nuevo ser, otro desaparece, se crea una canción que quizá forme parte de la vida de alguien para siempre, se rompen corazones y se llenan otros nuevos…
Seguramente penséis que tengo una visión demasiado romántica de la vida, pero es que para mi es un privilegio vivirla, con todo,todo, todo…y no es una pose, os lo aseguro, los que me conocéis sabéis que es mi forma de vivirla, una aventura cada día, la posibilidad de que al final de mi vida…mi corazón esté lleno de estos momentos para recordar.
Adoro la normalidad…y adoro ser tan normal, saber disfrutar de la sencillez de las cosas, como alguien me dijo alguna vez….esto es lo extraordinario, vivir lo ordinario de la gente.
26 Septiembre 2009
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